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Transformarse, lecciones que nos deja el tiempo.

En la vida, todo como las flores, florecerá.

– zurh.

A pesar de la situación que estamos viviendo actualmente, una pandemia por ‘coronavirus’ mundial, todo en esta vida es temporal.

Si algo sabemos a ciencia cierta es que, nada dura para siempre.

Nuestro mejor maestro siempre fue el tiempo y de el aprendemos, nos ilusionamos, decepcionamos, valoramos, apresuramos….

No hay nada que se le escape, así como un beso de 2 segundos puede ser eterno, una pandemia de semanas de aislamiento puede también serlo.

Pero si de algo nos caracterizamos los humanos modernos es del olvido.

Todo esto también pasará.

Y lo que no debemos es dejar en el olvido todo lo ocurrido, lo creado, transformado, valorado.

En estos días hay millones de personas unidas que, a pesar de vivir pared con pared no se conocían ni conversaban y, ahora cantan juntos, hacen deporte, bailan, aplauden…

Transformarse.

Ese es el verdadero aprendizaje, todo se transforma, nada permanece inmóvil o insensible, siempre sale a la luz.

Somos humanos si, tal vez lobos para otros de nuestra especie pero, humanos y como tal seres emocionales.

Es lo que nos caracteriza, las infinitas emociones que alberga cada individuo.

Nos hemos transformado en una gran versión de nosotros mismos, sin darnos cuenta.

El mundo no volverá a ser el mismo pero, nosotros tampoco.

Nada volverá a ser igual, estamos en constante cambios, constante transformación.

No solo económica, laboral, ambiental sino, colectiva, comunidades nuevas, sentimientos nuevos, relaciones nuevas.

Todos hemos experimentado que sentimientos aforan al estar bajo un mismo techo conviviendo, viviendo, sintiendo, comunicando con los que nos acompañan.

Hemos conectado con quienes se encuentran a kilómetros de nosotros y ni si quiera conocemos.

Hemos puesto nuestro tiempo y recursos al servicio de la sociedad comunidad.

Olvido

No debemos dejar que al terminar todo esto se nos olvide.

Todos estos momentos e interacciones podemos seguir manteniéndolas si obligamos al tiempo a transformarse.

Dejamos que todo nos influya en lugar de influir nosotros.

No dejemos que el olvido en el tiempo nos arrebate de mantener esta comunidad que hemos creado.

Sigamos sacando tiempo para saludar a ‘Don Pepito’ con un ‘Don José’, unas clases de aerobic en las azoteas, cantar cumpleaños a la vecina de tercero, ayudar a nuestros mayores con las tareas más pesadas, video-llamar a los nuestros para hacer un karaoke, contar chistes para levantar el animo con ideas creativas, colapsemos de mascarillas el mercado para demostrar que nosotros somos más puntuales que el propio sol.

Florezcamos, juntos.