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Tú, Hubert de Givenchy

Nos dejó uno de los grandes, de esos que

se admira por admirar a otros.

Todavía recuerdo como conocimos su trabajo. Bueno, a él, porgue transmitía una esencia que dejaba conocerle y llamarle Don.

Como jovenzuelas que tratan de conocer a todos los maestros y recordar sus nombres para poder entablarse en conversaciones sobre moda, lo descubrimos junto a un diamante en esas noches de cine en blanco y negro interminables.

Una obra maestra llena de elegancia y caídas espectaculares.

Su forma de trabajar los tejidos no podía ser de otra forma, no había otra posibilidad, pues aprendió con el mejor de los maestros, Balenciaga.

He comenzamos diciendo que lo admiramos por su admiración a otros. Pues es así porque impulso la creación de el Museo Balenciaga en Getaria y en todas sus entrevistas demuestra su amor por él.

Su trayectoria no ha sido escasa ni ausente por logros, por eso es él y no solo una marca.

Su mayor trabajo, a nuestro parecer, que le impulso a ser recordado, es por el vestuario en Desayuno con diamantes. Una no sabe si te gusta la película por el vestuario, el vestuario por la actriz, la actriz por los diamantes….Es un aura en conjunto que permanece en el tiempo.

Hay que decir que, tuvimos la suerte de poder encontrarnos con este traje durante nuestra primera visita a el Museo del Traje. No sabíamos que estaría ahí, junto a la sala de Fortuny, pero al verlo supimos que era él. Tal vez ahí comenzó nuestro amor por descubrir a Givenchy.

Los primeros maestros siempre serán recordados e inmortalizados por sus obras. No esperéis a conocer su trabajo por casualidad, entender cada línea, cada curva, cada puntada. Descubrir el mundo de la moda es maravilloso siempre que se vea como un arte.

Conoce otros maestros.